Con la investigación inicial detectamos que el servicio de inversiones presentaba oportunidades para generar una gran mejora. Eso disparó el proceso de diseño, que llevó a la redefinición de esa oferta alrededor de la historia del cliente, sus proyectos, objetivos y deseos; y al diseño de un servicio novedoso para mejorar la relación entre los asesores y sus clientes.
La propuesta se tradujo en un “juego de la vida” en el que el ejecutivo ayuda a los clientes a visualizar sus posición, posibilidades y proyectos a través de la dinámica del juego. El servicio se prototipó, evaluó con clientes y con oficiales de inversiones; para iterar y sumar mejoras.
El resultado final incrementó en 43% el dinero invertido en los primeros meses de implementado el nuevo modelo de atención.
El caso fue publicado en la revista Mercado en la edición de abril de 2018.
